miércoles, 2 de junio de 2010

Crucero MSC LIRICA




Acabamos de regresar de un crucero por el Mediterráneo, no previsto inicialmente, en el MSC LIRICA. Y digo no previsto porque hasta hace poco más de un mes ni sabíamos si nos iríamos de viaje, ni mucho menos en un crucero de MSC por el Mar Mediterráneo. Pero al final pesó más el anhelo de navegar por estas aguas y en una época del año (finales de mayo) en la que no lo habíamos hecho nunca en estas latitudes. Y a pesar de que no soportamos demasiado bien el calor, las temperaturas de 24 a 27 grados y el tiempo soleado en todo el viaje nos han ayudado a traernos un buen recuerdo del mismo. Lo que más nos atrajo de este crucero sin duda fue la ruta tan poco habitual, en su mayor parte, que realiza el LIRICA, saliéndose un poco de los machacados destinos que actualmente copan todas las navieras a excepción de algunas de lujo. Y por otra parte el tamaño racional y la elegante decoración de este barco de cruceros en el que domina los metales dorados, las maderas oscuras y la calidez de la mayoría de las estancias.


La ruta nos llevaba desde el puerto de embarque en Palma de Mallorca a Toulon, Génova, Portofino, Ajaccio, Civitavecchia, Salerno y La Goulette. Del conjunto total del viaje hemos venido bastante satisfechos de las escalas y del barco y sus instalaciones en si. Bien es cierto que ya conocíamos la compañía al haber navegado en el MSC ARMONIA hace seis años. Por lo tanto sabíamos donde nos metíamos y no nos habíamos creado grandes expectativas, ya que después de tanto tiempo la compañía podía haber mejorado, seguir en la misma línea o, por qué no, empeorar. Y tengo que decir que de todo hubo.


Comenzando por la nave, como dirían los italianos, nos ha gustado mucho. Básicamente muy parecido al primero de la serie, el MSC ARMONIA, pero con algunos cambios en distribución y colorido distinto en la decoración. Tiene un tamaño perfecto y en ningún momento da sensación de agobio o masificación. Con unos embarques y desembarques muy ágiles en las escalas, la palabra "cola" no ha estado presente en nuestro vocabulario en este crucero. Otro tema a parte fue el embarcar por primera vez en Palma de Mallorca. Nunca nos ha dado buena espina los cruceros con multi embarques en varios puertos, y desde luego el nuestro fue malo, muy malo. Una vez llegados a la estación marítima de Palma, no encontramos ningún cartel, ni ningún tipo de asistencia por parte de MSC. Los únicos que nos orientaron un poco fueron el personal del Norwegian Jade que se encontraba en el puerto. Curioso fue el observar como algún pasajero que iba a embarcar en del MSC LIRICA calmaba su sed con los zumos y bebidas que NCL ponía a disposición de los pasajeros que embarcaban en el Jade. Según el policía portuario al que preguntamos, cuando arribara a puerto el LIRICA, cosa que estaba a punto de hacer, nos dijo que cargáramos con nuestras maletas hasta la misma pasarela de embarque del barco y allí nos informarían. No existía la posibilidad de entregar maletas y ni siquiera había la posibilidad de dejar en depósito el equipaje en la estación marítima. Eso sí, una vez hecho el check-in a pie de pasarela, a esperar que montaran la parafernalia de banderas, poster y pruebas de fotografías antes de poder, por fin, acceder al interior del crucero. La deferencia que mantiene MSC de acompañar al pasajero, o huésped como gustan llamarlo, hasta tu camarote se la reservaron para los que hacían el embarque más numeroso en Génova, así que nosotros no disfrutamos de ese detalle. Tampoco tuvimos la fortuna de que ampliaran los horarios de bufet para los pasajeros que embarcaban, tal como hacen otras compañías. Suerte que tuvimos, ya que de esa forma llegábamos con más apetito que nunca a la cena.


El servicio recibido por parte de la tripulación durante todo el crucero lo calificaría de correcto sin más. Hacían su trabajo y lo hacían razonablemente bien, pero echamos en falta algo de cordialidad por su parte. Eso que en las compañías americanas llaman "friendly staff", y que te hacen sentir muy cómodo. En el restaurante la atención fue, como he dicho, correcta, los tiempos de espera entre platos razonables y la calidad de la comida en las cenas bastante mediocre. Variedad escasa y sabores muy parecidos en los diferentes platos. En el bufet "Le bistrot" la variedad brilló por su ausencia. Una de las notas más negativas en el capítulo de la restauración fue que por las noches no abrieron el bufet para cenar, a excepción de dos de ellas que si lo hicieron en horarios incomprensibles de 19:00 a 20:00 en una ocasión y de 20:00 a 21:30 en la otra. El resto de noches habilitaban una pequeña parte del bufet para un restaurante temático de pizzas con cargo. Lo dicho, incomprensible, aunque intuimos que iban justos de tripulación, muy justos. Hubo dos cenas de gala y en ninguna de esas noches dieron al pasajero la opción del bufet si no deseaba acudir trajeado al restaurante principal, "L`Ippocampo" en nuestro caso. Quizás la razón es porque ni el 10% de los hombres acudió, ya no digo ni con traje, aunque sólo fuera con corbata y americana en la primera cena de gala. Porcentaje que aumentó al 40% en la segunda. El menú de estas dos cenas vulgar la primera de ellas y mucho más lograda la segunda con pato a la naranja, solomillo o salmón asado en los platos principales. Lo que me lleva a una de las cosas que menos nos han gustado de este crucero que no es otra que el pasaje. Con una mayoría de italianos, un buen número de alemanes, españoles y franceses, las cenas fueron un ataque constante a nuestros tímpanos. Era prácticamente imposible mantener una conversación en medio de un continuo estruendo de risas, conversaciones entre distintas mesas, lloros y lamentos de niños pequeños, habilidades percusionistas con copas y cucharas por parte de los mismos, discusiones entre los padres de esos mismos niños, etc.. En ese aspecto fue la mayor diferencia con el MSC ARMONIA que resultó de lo más agradable.


Otros aspectos muy feos, por no llamarlos de otra forma, fueron que las máquinas de agua las cierran a cal y canto una vez terminado el servicio de comidas en el bufet, y es imposible llevarse tan vital líquido elemento a la boca a no ser que pagues agua mineral en cualquier bar o te "enchufes" al grifo del baño de tu camarote. Puedo entender, aunque no del todo, que cierren las máquinas de zumo, e incluso que no puedas servirte ese indigerible líquido que denominan de una forma bastante generosa como café, pero llegar al extremo de cerrar la máquina de agua... Con asombro leímos en la carta de los bares que un vaso de agua lo cobraban a 50 céntimos de euro, aunque no pudimos comprobarlo ya que nos tiraba más un buen capuccino, mojito o una cervecita bien fresca, pero prometo probar a pedirlo la próxima vez si se tercia regresar a MSC. Por supuesto que casi misión imposible pedir "regular water" en las cenas en el comedor principal. Todos con las botellitas de agua mineral en sus mesas. E impresentable fué para nosotros que nos cobraran 26 euros por desembarcar en los tenders del LIRICA en Portofino, algo que jamás nos había ocurrido en ningún otro crucero. Y lo que no nos gustó nada de nada fue ese detalle tan feo y no el dinero en si. En un viaje de estas características en el que hemos estado nueve días fuera de casa, 26 euros es una cantidad insignificante. Según el contrato de viaje MSC está obligada a facilitarte, dentro del precio del billete ,el desplazamiento al puerto donde el crucero no atraque en muelle, como era en este caso. Pero me parece que la trampa está en que la escala de Portofino la denominan como "escala técnica" (de seis horas y media de duración, nada más y nada menos la técnica) y no como una escala más. Con lo cual el que quiera conocer esta maravillosa localidad a pasar por caja. O al menos es la conclusión a la que hemos llegado. Y lo curioso fue que no desembarcó una gran cantidad de pasaje, algo que tampoco entiendo demasiado. Porque ¿Cuantas ocasiones se tienen de conocer este precioso pueblo en la vida? No es algo que sea fácilmente accesible en una "low-cost" como pudiera ser una gran capital europea. Pero supongo que tiene que haber pasaje para todos los gustos.





En cuanto al camarote, al no disponer el LIRICA casi de balcones, a excepción de las pocas suites en relación al número total de camarotes del barco, decidimos no gastarnos un dineral en él (sabíamos que no merecía la pena en esta compañía) y reservar un interior. Y aunque íbamos con bastante temor, al ser la primera vez que hacíamos un crucero sin que la cabina tuviera balcón, debo decir que estuvimos razonablemente bien. Era confortable, de tamaño suficiente y estaba bien conservado, aunque la ducha con cortina ha sido de lo más incómodo que hemos visto nunca. La limpieza, el suministro de champú y gel de baño, los diarios de a bordo puntuales, la invitación al cocktail con el capitán para los miembros del club MSC encima de la cama, todo estuvo correcto. Ahora bien, es la primera vez que nuestro asistente de cabina no viene a presentarse el día del embarque. Es más, no sabemos ni la cara que tiene porque no lo vimos en todo el crucero. Desde luego no parece un buen detalle de servicio y mucho menos de educación. Aunque lo que nos ha quedado claro es que nuestro estilo de crucero requiere de un camarote con balcón al utilizar mucho el “room service” (por cierto, de pago en MSC excepto el desayuno continental) tanto para el desayuno como para almuerzos-meriendas cuando subimos a bordo en las escalas y por el remanso de paz que nos proporciona durante la navegación.



El trato y la atención que recibimos de los camareros en los bares del LIRICA fue muy bueno, especialmente en aquellos que más frecuentábamos como el "Lord Nelson Pub". También nos sorprendió ver el numeroso equipo de animación que tiene MSC durante gran parte del día y la noche, prácticamente inexistente en muchas compañías norteamericanas. Mención especial requiere la directora de crucero del MSC LIRICA, Maddy (entre los dos cantantes en el centro de la imagen), una de las mejores profesionales que hemos tenido la suerte de disfrutar, muy agradable y hablando cinco idiomas (entre ellos el español) y que hacía que en las veladas en el teatro te sintieras totalmente integrado. Y de los espectáculos en el teatro que decir. Recordábamos con gran cariño los vividos en el ARMONIA hace seis años y deseábamos que mantuvieran la misma línea. Y los shows del LIRICA no nos han defraudado en absoluto. Sin duda, para nosotros, son los mejores de las cuatro compañías en las que hemos navegado. Afortunadamente, MSC mantiene la costumbre de invitar uno de los días a algún tenor que nos deleite con alguna pieza de óperas conocidas, en esta ocasión fue Enrico Scotto.



En el capítulo del idioma, en el LIRICA el español convive con naturalidad con el resto de idiomas. Está presente en todos y cada uno de los avisos por megafonía, en las cartas de los restaurantes, los diarios de a bordo, cartelería del barco, y un considerable número de tripulación, o bien lo habla o lo entiende sin problemas. Además la similitud del italiano con el español facilita mucho las cosas. Para mi esta si es verdaderamente una naviera internacional, contrariamente a la costumbre de denominar de esa forma a navieras cuyo idioma es exclusivamente el inglés. En este aspecto el LIRICA es muy cómodo para los que no tenemos un gran dominio de dicho idioma.



En resumen, un crucero en el que nos lo hemos pasado muy bien, que tanto la ruta como el barco en si han ayudado mucho a ello, y nos ha proporcionado unos maravillosos atardeceres, dejando un poco en segundo plano las evidentes carencias en servicios, variedad y horarios de comidas y cenas que tiene el MSC LIRICA, junto a un pasaje no todo lo educado que hubiéramos deseado. Ha tenido aspectos muy positivos, otros que no lo son tanto y otros absolutamente mejorables. A un precio contenido creo que es una opción, por ruta y tamaño y elegancia del barco, bastante recomendable para los que tenemos muy machacados los puertos más populares del Mare Nostrum. Más adelante me meteré con la descripción de los puertos de escala.


6 comentarios :

Nacho, soy Lucía.
Me ha encantado el relato.
Un beso

Muy bueno tu comentario. Saludos, Daniel.

Me está encantando tu blog, hemos reservado para hacer este crucero en 20 dias y me ayuda mucho leer vuestra experiencia, que visitasteis en casa sitio etc... gracias por compartirlo!
M.Jose

Gracias a todos. Me alegro mucho que os gustara. Un saludo.

Me alegro mucho que te gustara el blog. Sólo pretendo contar nuestra experiencia en cada una de las ciudades que hemos visitado y las vivencias en los cruceros. No pretendo que sea una guía de viajes.

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